Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).

F(h) Consultora en PYMES y ONGs

domingo, 27 de noviembre de 2011

Tres meses de ausencia



Naranjo en flor
Tango 1944
Música: Virgilio Expósito
Letra: Homero Expósito
Era más blanda que el agua,
que el agua blanda,
era más fresca que el río,
naranjo en flor.
Y en esa calle de estío,
calle perdida,
dejó un pedazo de vida
y se marchó...

Primero hay que saber sufrir,
después amar, después partir
y al fin andar sin pensamiento...
Perfume de naranjo en flor,
promesas vanas de un amor
que se escaparon con el viento.
Después...¿qué importa el después?
Toda mi vida es el ayer
que me detiene en el pasado,
eterna y vieja juventud
que me ha dejado acobardado
como un pájaro sin luz.

¿Qué le habrán hecho mis manos?
¿Qué le habrán hecho
para dejarme en el pecho
tanto dolor?
Dolor de vieja arboleda,
canción de esquina
con un pedazo de vida,
naranjo en flor.


viernes, 25 de noviembre de 2011

Poesia vanguardista de cierre

Nos vemos el martes si el diablo
insiste en esta broma macabra o recién
en la otra vida si dios es benevolente.
A los ateos,
nos castigará el maligno, una y mil veces,
estoy reconsiderando
volverme creyente.

sábado, 19 de noviembre de 2011

Déjate de historias, súbete ahí y cántame una de Silvio...

Debo reconocer, antes de empezar, que no soy su fan.

La pregunta sobre cómo llegué a Silvio tiene dos respuestas. La primera está vinculada con cómo me acerqué a su música. Debo reconocer que mi hermana lo escuchaba cuando éramos adolescentes y me fastidiaba. Pero, años después, escuchando un programa de radio recomendaron el disco de Aute y Silvio en vivo Mano a mano. Me fasciné con Aute y llegué a Silvio.

Este año, me enteré de su venida y decidí ir a verlo para cumplir con mi política de que hay cierta gente a la que uno tiene que ver antes de que pasen a mejor vida para poder contarles a los nietos, algún día, qué maravilloso fue el momento en que vimos en vivo a Plácido, Silvio, Toquinho, Serrat y todos los que sigan. Con esa política, vi el año pasado o el anterior a Aute.

Esperando el comienzo del recital
Yo dije que la pregunta sobre cómo llegué a Silvio tenía dos respuestas y me falta contar la segunda. Ayer, 18 de noviembre se presentó en el estadio de Ferrocarril oeste y, con Claudia, teníamos las entradas desde hacía un mes. Llegó ella a mi casa y el colectivo 84 nos depositó cerca del estadio. Estábamos emocionadas, ella porque esperaba ese momento hacía mucho, yo porque quería ver al mito. Entramos y nos ubicamos en el sector de plateas, nos comimos unas hamburguesas caras, como siempre, y esperamos. No mucho, el recital estaba pactado para 21:30 y solo quince minutos después empezó el concierto.

La primera impresión fue que Silvio es un poco tímido y callado. Cantó canciones de su último disco Segunda cita y, luego, empezó con lo que todos esperábamos. Debo decir que, en el medio, un amigo suyo, cuyo nombre no recuerdo, cantó tres temas. El señor era muy simpático, pero no fue de mi agrado, pero amigos son amigos. También, hubo un invitado que fue Víctor Heredia para cantar “Todavía cantamos”, que fue poco ensayada por lo que se vio (no por Víctor, que la canta siempre).

Con los clásicos, empezaron los coros del estadio y los silencios de Silvio para dejarnos cantar. Amé escuchar en vivo “Óleo de una mujer con sombrero”, cuya poesía es sublime y ni qué hablar de cantar con todos “Ojalá”.

Y, en un momento, el recital terminó, es decir, empezaron los bises y, al mejor estilo Ismael Serrano (¿o será que Ismael copia el mejor estilo Silvio?), volvió varias veces por un par de canciones más. Cuando las luces del estadio se encendieron y la gente comenzó a salir, me quedé perpleja porque“Te doy una canción” no había sonado y le dije a Claudia que esperáramos un poco, que no podía ser eso así. Con las luces encendidas, salió nuevamente guitarra en mano, los que estaban saliendo de las populares comenzaron a entrar al campo y todos los que pudimos terminamos de pie sobre las sillas de plástico que estaban en ese sector, coreando  “Te doy una canción” y sentí que, luego de esas tres horas y cuarto, Silvio se había dejado de historias y se había subido allí para cantarme una de Silvio.

domingo, 6 de noviembre de 2011

Divagaciones

Machado de Assis desbordaba modernidad, se adelantó a las vanguardias por decirlo en modo amplio y grosero. Cuando él escribía, allá por finales del siglo XIX, el modelo literario de la época era el realismo. Se escribía en tercera persona omnisciente, es decir,  un narrador que todo lo sabe y sabe tanto que puede describir todo con lujos de detalles, incluso, los pensamientos de las personas.

Machado fue criticado por Eça de Queiroz, escritor portugués que se atenía a las normas del realismo. Lo criticaba porque Machado había decidido escribir realismo en primera persona. ¿Cómo era posible, entonces, que reflejara fielmente la realidad? Machado decía que la realidad era eso, lo que cada uno concibe como tal, lo que cada uno ve o percibe o construye. Machado podría explicarles muchas cosas a los periodistas de hoy. Lo que las vanguardias conciben como ruptura a partir de la construcción onírica y de más para la representación de las percepciones sobre el mundo, Machado lo hizo desde el propio realismo, rompió dentro del molde. A Machado, evidentemente, le faltaba una guerra mundial en el medio.

Todo esto viene a que, evidentemente, como lo muestran los personajes de Machado, nadie sabe la realidad como un todo, para cada uno es una construcción diferente que depende de múltiples factores y cada uno la construye con lenguaje que no es igual de una persona a otra.

Muchas veces, me pregunto si mis gatos son realmente como creo que son o si son de un modo en su vida diurna conmigo y de noche son otros.

Jacinta se mostraba semi salvaje cuando recién había llegado a casa, pero, ahora, es un dulce gato doméstico. Sin embargo, por las noches, algo sucede y, al levantarme, el pollo que durante el día no come desaparece y aparecen restos de la basura por el piso. ¿O será León el que hace eso? Porque es León quien rasca mi puerta y no Cuqui como siempre creí, ella se murió y hay alguien que insiste de vez en cuando para entrar. Si esto pasa en mi percepción de los animales, mucho más nos sucede en el plano humano.

¿Quién fue que me despertó el otro día rascando los cables de mi habitación si acá adentro no estaba ninguno de ellos? ¿Acaso el recuerdo de Cuqui, quien definitivamete no va a volver? Dice Haroldo Conti que la muerte es otra vida, otra forma de consistir, no un per saecula definitivo, los muertos son todavía. En algún punto, Cuqui es todavía, mientras viva en mi recuerdo o en el de alguien que pueda contarla. Creo que era Agamben el que decía que siempre quedará alguien para contar la historia.

Releyendo "Las 12 a Bragado", me di cuenta de que recuerdo en la misma forma, los seres aparecen allí de nuevo. No puedo contar la cantidad de veces que sentí el pelaje y las orejitas de Cuqui entre ayer y hoy.

Y del realimo llegué a esto. Y, en fin, es bueno pensar que Haroldo también es todavía, lo leo y siento que me cuenta un cuento, que está ahí en cada palabra.