Mundial para mí fue el del 90. En él, se condensan muchas cosas. El 90 fue mi último año en Posadas, mi último año de jugar libre en la vereda con mis hermanos. En los entretiempos de los partidos, bajábamos a la calle o íbamos al patio de la casa a jugar a los penales porque ese fue el año que llegamos a la final gracias a penales atajados por el Goyco.
El Goyco. Ese mundial fue para mí EL mundial, quizás, porque la Yaya veía los partidos de la selección y repetía que, en nuestras filas, había dos vascos: el Goyco y Olarticoechea y nos explicaba, todos los partidos, que "echea" en su lengua quiere decir "casa".
El mundial del 90 fue EL mundial porque los tanos son apasionados hasta para hacer una canción, no hubo otra como la de ese mundial, maravillosa. Tan marivllosa como el video, en el cual aparecen repetidas imágenes de Diegote en el 86.
Maradona. El mundial del 90, quizás, sea para mí EL mundial por Maradona. Porque veía fascinada los partidos por verlo jugar. Esa fascinación solo me la generó Tevez años más tarde. Porque el Diego hace "el baile de la gambeta", porque al verlo era imposible amarlo... y odiarlo. Fue la única vez que aprendí la formación de un equipo de memoria.
Aunque no hayamos ganado, para mí fue EL mundial. En primer lugar, porque el del 86 no lo recuerdo. Y, aunque no hayamos ganado, llegamos a la final. Esa final en la que Maradona lloró y yo con él, porque me contagiaba su pasión. Porque, con mis cortos casi 9 años, cuando se sacó la medalla de subcampeón, estuve de acuerdo con lo que hacía. Porque fue mucho perdido aunque se hubiera llegado, fue mucha pasión.
Nadie que no haya visto jugar a Maradona entenderá nunca por qué lo quiero tanto a Diegote, y lo quiero solo (aunque creo que no es poco) por el mundial 90, los entretiempos con mis hermanos, mi Yaya, mi viejo puteando porque quería que ganara España (aunque creo que lo decía por joder), mi vieja rogando que España no avanzara para que no se cruzara con Argentina, mi vieja diciendo "aquí viví más tiempo, quién voy a querer que gane".
Pero no fue nuestro. Y tampoco nunca llegamos después a soñar con tanto.
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