Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).

F(h) Consultora en PYMES y ONGs

viernes, 28 de mayo de 2010

No es lo mismo ser que estar

Como dice Ale Sanz, en español, no es lo mismo una cosa o la otra. En francés, por ejemplo, sí es lo mismo y, en italiano, depende, de qué depende, de según cómo se mire todo depende.

Pero voy a lo que me convoca. Las personas somos de alguna manera. Digamos que este verbo marca atributos. Es un verbo de lo permanente frente a lo transitorio de "estar". Claro, alguien puede decir que hay atributos que cambian, por ejemplo, si digo "soy vieja" no es que lo haya sido toda la vida. Es cierto, pero convengamos que la vejez o la juventud o la niñez son períodos prolongados y no cambiamos el estado del día a la mañana. Digamos que es casi imperceptible el cambio, muchas veces, ni nosotros mismos nos damos cuenta cuándo sucede.

Hay rasgos característicos que nunca cambian: estatura, color de piel (Michael es la excepción que confirma la regla), nombre, origen, padres, etc. Hay otras cosas que sí. Yo no soy en Congreso, vivo en Congreso o estoy en Congreso. No soy 28 años, tengo 28 años. No soy hambre, tengo hambre. No soy cansada, estoy cansada. Y así.

Todo esto viene a cuento de la canción "Diez años después" de Los Rodríguez y con la que me acordé automáticamente de algunas personas. Y pensé que es maravilloso que la gente cambie, que se adapte al tiempo sin dejar de lado la esencia, pero que crezca, sí, que lo haga. Hay otras personas que uno escucha después de diez años y, realmente, da vergüenza ajena que hayan pasado por este mundo y sigan usando las palabras de cuando tenían 15, que no hayan podido dar un salto y dejen de pensar como jóvenes adolescentes.

Lo que me encantó de reencontrarme con Valu fue que, como dice la canción, "no te olvides que soy distinto de aquel, pero casi igual". Sí, la vida nos encontró con más historias, pero la esencia es la misma. Somos distintas e iguales. Eso es hacer honor a los años, cambiar sin dejar de ser y no querer ser siempre igual.

jueves, 27 de mayo de 2010

Me llamo Mariana

Quiero creer que me llamo Mariana para que me digan Mariana. Pero no. Siempre falla.

A ver. Empiezo por el principio. Los familiares, Pety, Pitu, Pitusa, Cativa, Pulga, Enana, Negra, Pibita, Mari, Mariquita... los acepto. Mariquita y uno que no menciono porque suena mal no me gustan, pero acepto, me lo dicen mis padres. "Negra" no me gusta salvo que me lo diga mi mamá, en el mismo modo en que le digo "Negra" a mi perra.

Sin embargo, el problema comienza con los no familiares. Digamos que no trasladé nunca el Pety fuera de mi casa porque la gente que no me conoce no tiene por qué tener confianza conmigo. Sí, soy re ortiba, asquerosa, mal llevada... El tema es cuando tienen confianza y empiezan con el Marian y el negrita. No me gustan, los odio, los detesto... a los apodos, claro. Llegué a aceptar el Marian por parte de mis compadres. Eso sí que mi ahijada me llame Mariana me pone de culo, quiero que me diga madrina, tía o alguna de esas variantes confusas que usa ella como llamarme abu.

Otro problema es cuando voy a clases de idiomas. Marian, Marianinha y, hoy, me lo remataron con el horrendo Marianetta.

En fin, llegué a la conclusión de que el mejor apodo o apócope de mi nombre es Mar, el que usa Pao, la colombiana. Y, también, que tengo un nombre para que me llamen por él y si no les gusta con Che me alcanza. Gracias.

Instantes

Un hombre con pijama celeste tendido en una cama. Moribundo. Su mujer, de unos cuarenta años, lo acompaña y la hija de ambos, alrededor de seis años, también. La niña juega, mientras la madre y esposa decide estar con él en ese último viaje.

Le hace dos preguntas:

- ¿Qué fue lo que te hizo sufrir más en la vida?

El hombre responde.

- ¿Qué fue lo que te hizo más feliz?

- Ustedes.

Él comprende en ese instante que, en esas respuestas, se condensan los segundos por los que valió la pena vivir. Cierra los ojos para siempre y se va.

viernes, 21 de mayo de 2010

"Ya no soy huinca, india soy"

Ayer, iba tranquilamente para italiano con pocas ganas y con deseos de salir en Plaza de Mayo y quedarme con los aborígenes, pero la tarde no suele invitar a cosas hermosas frecuentemente y seguí mi camino. Por la noche, como todo estaba cortado, me sentí obligada de caminar hasta el subte y la belleza estuvo en mis ojos. No los podía ver por las vallas, pero ahí estaban, iluminando el cielo de Buenos Aires con un carnavalito. Automáticamente, pensé los festejos comenzaron hoy. E instantánemente me dije "no, esto es un reclamo".

Bueno, resulta que pensando y pensando, llegué a la gente que siempre critica a los españoles por las matanzas y recordé lo que una vez me dijo mi mamá "por qué nosotros, si a nosotros los pobres nos hacía lo mismo la misma gente". Y es que los que dominan no tienen una nacionalidad, tienen una clase. Y me di cuenta de que ellos y yo estábamos hermanados muy profundamente. Con una diferencia importante, el color de la piel que, a veces, me hace sentir culpable. Mis padres consiguieron mejorar su situación, pero, además de que eran otros tiempos, eran blancos y de origen católico. Y no puedo renegar de mi color de piel porque es parte de mi identidad, pero sí de mi origen religioso que, aunque hoy me diga atea, está en mí, así me criaron. Y saber que mi color de piel me da otras posibilidades que a ellos no, me dio vergüenza. Ojo, no lo digo porque sí, muchas veces me han elogiado como parte de mi "belleza" lo blanca que soy. También, escuché en Brasil que yo siendo argentina, hija de europeos y blanca tenía casi que el mundo a mis pies.

De cualquier manera, hay algo que me reconfortó. El paso del tiempo. Aunque a muchos los entristezca, hace maravillas. Hace algunos años, nadie iba a imaginar que los gays reclamaran matrimonio, ni que los aborígenes hicieran lo mismo con sus tierras. Por suerte, existen personas como Evo o como Milagro Sala, que le dan la voz a su pueblo, porque el silencio mata y ellos pueden.

Mi saludo a los aborígenes, a esos a quienes siento mucho más cercanos que a los locos blancos de microcentro.

martes, 18 de mayo de 2010

El Bravo de Nino

Todos sabemos, si hablamos de Aute o de Serrat, que se opusieron al régimen de Franco. De hecho, a Serrat le valió el exilio porque tuvo lo necesario para cantar en catalán y por cantar a Miguel Hernández. De Aute, sabemos que cantaba sus canciones con mensajes crípticos que de crípticos no tienen nada son como los mundos de Alicia en el país o los dinosaurios de Charly, sólo alguien muy corto podía no entender.

De Víctor Manuel, dicen que es más imagen forjada con el tiempo que realidad. Un video en youtube lo hace escuchar cantándole una canción a Franco, pero me quedo con su imagen combativa cantando "Asturias" y diciendo "dos veces, dos has tenido / ocasión para jugarte / la vida en una partida / y las dos te la jugaste".

De Raphael, bien sabemos que es un cantante melódico, excelente en los suyo por cierto. Sí, Raphael, el niño, me gusta. Es el precursor de Miguel Bosé. Una vez me comentaron de su pasado franquista y de una canción que románticamente lo apoyaba. Leí en un libro que, en la época de Aznar, lo defendió al Generalísimo. En fin, cosas que no lo hacen malo, te seguiré queriendo.

Bueno, en fin, que llego a Nino, ¿el Bombita Rodríguez español? En realidad, hay que tener en cuenta que Raphael y Nino no escribían, pero, de cualquier manera, cuando uno canta algo es por algún motivo. Nino es ese cantante que trasciende generaciones como el cantante melódico. Sin embargo, en su momento, pudo decir cosas en sus letras de amor. Aunque no hay que dejar de lado que la censura en los 70 ya no era lo que había sido, digamos que era menos intensa y, tal vez por eso, podía pasar.

Veamos. Empecemos con su canción emblemática "Libre" (1972). Primero, habla de la libertad, claro está, en un país en que los ciudadanos no la tenían. Después, es prestarle atención a la letra y ver que hay un joven que se escapa de su país porque está cansado de soñar, quiere realidad, tras la frontera está su mundo y quiere irse. La alambrada no detiene sus ansias de volar, se siente como un ave que escapa de su prisión y decide caminar detrás de la verdad y llevar su amor como bandera. Pero no escucha una voz de alto que lo detiene, cae al suelo tendido, con una sonrisa y empiezan a brotarle flores carmesí, es decir, los borbotones de sangre. Imagino que Nino cantaba/contaba una historia frecuente para esa época. Aunque no hay que perder de vista que se hablaba de apertura, de cualquier modo, la censura existía.



Tiene algunas canciones que hablan de la inmigración y de un espacio idílico que existe al otro lado del mar. Es cierto que tenía bastante público en América que había sufrido el tener que irse, muchos de ellos por la guerra o por problemas económicos. En "Esa será mi casa" (1970), le dice adiós a una mujer e imagina su casa, muchas parejas se separaron, familias mejor dicho, pensando en la partida de uno hacia América hasta que construyera un hogar para llevarse a todos. Doña Rosita la soltera se quedó soltera esperando al novio que se había ido a Tucumán. Historia por de más frecuente.




"La puerta del amor" (1972), se oculta en una casa sola y sin luz para llorar sus tristezas por un aire cruel e infame. Al soñar, se ve de pie en la nueva calle, ya no sufrió al ver que esa puerta se abre (miren el detalle del corazón en el video que dice "peligro de... vida"). Cuando despierta de su sueño hermoso, rememora la calle del pueblo llamado "Libertad", ¿poco no?



"Un beso y una flor" (1972). Sigue hablando de despedirse de una mujer para crear un hogar más allá del mar: "me voy pero te juro que mañana volveré". "Más allá del mar habrá un lugar donde el sol cada mañana brille más, forjarán mi destino las piedras del camino...". Y se perfila el lugar idílico de América, de esa joven América que entre luchas internas se debatía por renacer, donde la utopía existía, la posibilidad de cambio. Por eso, el paisaje habla del sol que se une con el mar. Estaba Allende en el poder, todo un atisbo de esperanza.



Y ya pasamos a "América" (1973), la imagen idílica, el aire tibio aún, el fuego se hace amor, el río es hablador y el monte selva, hoy, encontré un lugar para los dos en "esa nueva tierra". La nueva tierra, la tierra prometida, el inmenso jardín, ¿el Edén?, sí, Dios pensó en América. Pensemos que América por esa época empezaba a enturbiarse, 73, año del golpe en Chile (tal vez esto fue antes de septiembre), pero, sin embargo, es un continente que desde el 59 había renacido como el lugar propicio para la utopía, la posibilidad de llevar a cabo los sueños, sin contar que muchos españoles habían encontrado su lugar allí. La letra dice "danzas de guerra y paz, de un pueblo que aún no ha roto sus cadenas", habla del yugo y, a la vez, al decir "aún no ha roto sus cadenas" pone la esperanza de que eso sucederá definitivamente.



En fin, ¿Bombita Rodríguez? Tal vez, la imagen no sea la adecuada, como Bombita era Favio en Argentina, pero es lo más cercano que encontré para retratar al hombre que supo cantarle a la utopía.

lunes, 17 de mayo de 2010

Sus ojos se cerraron

Había pedido un deseo. Ser por un momento Humphrey Bogart. Cerró los ojos y al abrirlos estaba parado en el medio de la calle una noche de invierno con una gabardina beige y un sombrero calado. Tenía la cara del actor, que sin ser bello, llevaba la elegancia en la mirada. De pronto, se dio cuenta de que estaba en los años 40 y no sabía qué hacer. Esa no era la ciudad que conocía, aunque podía leer alguna de sus huellas.

Salió a caminar y entró en el primer bar que encontró de camino. Fue a la barra y pidió un whisky. Las miradas de las mujeres caían imantadas en él. Luego de hablar con varias de ellas, decidió salir al frío invierno nuevamente. Mientras caminaba, se encontró con el payaso triste, que hacía malabares en la calle. Vestía unos pantalones cuadrillé dos talles mayores al que le correspondían y los sujetaba con unos tiradores. Lo miró fijamente y en las lagrimitas pintadas en su rostro percibió que era una mujer. Cuando el payaso supo que él sabía, comenzó a correr primero en círculos y luego recto. Humphrey tiró su cigarrillo, se acomodó el sombrero y comenzó a seguirlo, abrió la gabardina y la usó como capa para que le imprimiera más velocidad a sus pasos. El payaso, mientras tanto, perdía terreno porque tropezaba con sus grandes zapatones, sin embargo, cruzó la calle corriendo. Humphrey no vio el coche que venía y cayó tendido inconsciente en el suelo. El payaso se detuvo y retrocedió.

Cuando él abrió los ojos, su sueño se había acabado y había vuelto a ser el mismo en su misma ciudad en su tiempo de siempre. Comenzó a reconocer las cosas y se dio cuenta de que estaba en la cama de un hospital. Una enfermera con la cara de Ingrid Bergman se reclinaba sobre él para observar cómo estaba. Sonrió al ver en el fondo de sus ojos las lagrimitas de aquel payaso que, al acercarse al cuerpo tendido de Humphrey, había cerrado los ojos y pedido un deseo.

¿Tenés miedo?

Viendo el programa de Mirtha, me indigno al escuchar voces de periodistas hablando de miedo por el gobierno del momento. Me puse a recordar dos atentados, la muerte del hijo de un presidente, Cabezas y otros muertos que hubo y nadie tenía miedo. Mirtha dice que vivió todos los gobiernos y resulta que ni López Rega ni todos los militares la intimidaron.

Oír a Majul decir que vendió más de 200 mil libros y que tiene miedo me da muchas náuseas, Rodolfo Walsh se jugó la vida y fue un señor periodista y escritor. Qué trastocado está el mundo que ahora esta gente tiene miedo y no sabe lo que es el miedo real.

¿O es que el miedo tiene que ver con otra cosa? Los escucho usar las palabras "enemigo", "dictadura", "autoritarismo" y no lo creo. La RAE dice sobre la palabra "miedo":

1. m. Perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario.


Creo que ellos se remiten a los daños imaginarios, el problemita está en sus monstruos interiores, en los que ellos están cuidando. En fin, para eso, hay psicólogos.

domingo, 16 de mayo de 2010

50

Grandes tormentas se desatan. Se anuncian con un cielo que se ennegrece de golpe y se siente el olor en el aire. La gente sabe que esas son las señales y, por eso, abandonan las calles. Con esas tormentas, parece que el fin del mundo se avecina, pero, en verdad, bate pancada y son cinco minutos hasta que el sol vuelve a su lugar como si nada de eso hubiera pasado. Es el clima tropical. Debido a ese clima, bichos como mosquitos, cucarachas voladoras, arañas, cascarudos y demás alimañas se dan cita en ese sitio.

Por las noches, mientras papá y mamá trabajan, ella y Luciana ven el corro de mosquitos que se organiza entorno del tubo de luz que está en el techo que cubre la verada y que pertenece al negocio de sus padres.

Luego, miran hacia el suelo. Allí, comienzan a aparecer los cascarudos. Ellas, entonces, se suben al escalón y saltan sobre ellos. Las fascina ver, cómo al reventar, emanan una sustancia blancuzca de consistencia cremosa. Así, pasan la noche hasta que llega la hora de la cena.

49

Entre las manos, lo sostenía y no podía entender qué sucedía. Llamó a Luciana, a Soledad y a Sofía y les mostró su tejido. Luciana le dijo no puedo creer que nos hayas hecho venir un día de lluvia como el de hoy para ver eso sin terminar. Sí, dijo Soledad, dice la televisión que vienen grandes inundaciones y que los satélites muestran que grandes porciones de nuestro territorio están desapareciendo. Sofía dijo que, de cualquier manera, era posible volver a dibujar esas regiones una vez que las aguas comenzaran a bajar, siempre y cuando los científicos comprobaran que no bajaban turbias.

Pero volviendo a nuestro tema, dijo Luciana, ¿es posible que con este día nos hicieras venir para ver eso? Es que es algo increíble, decía Libertad. Desde el sábado a la noche, después del partido de fútbol, que trato de terminarlo. Cuando estoy por la última vuelta, caigo rendida en un sueño profundo. Todas las noches tengo el mismo sueño. En él, Gabriel aparece recostado boca arriba en la parte izquierda de mi cama, la que da a la ventana. Tiene los ojos fijos en el techo y permanece inmóvil. No está muerto, aunque pareciera estarlo. Digamos que tiene la postura y la mirada que adoptó el cuerpo del Che Guevara en la foto que congela su muerte. Todas sus articulaciones, las de Gabriel claro está, aparecen revestidas por placas metálicas del ancho de una lima de uñas. Lo curioso es que, a su lado, del lado derecho de la cama, estoy yo recostada, acodada sobre el brazo izquierdo, cuya mano sostiene mi cabeza. Lo miro fijamente. La escena es estática, el único movimiento que se intuye, aunque no se realiza, es el de mi mano derecha, que sostiene un frasquito de aceite para máquinas de coser para ponerle en las articulaciones de las placas metálicas cuando éstas se secaran. Unas voces en off reponen un diálogo entre su mamá y yo. ¿Por qué debo ponerle el aceite? Porque tiene ese mal desde chico, no es que nunca haya podido moverse, pero, cerca de los cuatro o cinco años quedó así. Dicen los médicos que éste es el único tratamiento posible, tené paciencia. Mientras, la imagen sigue fija y el único movimiento real que sucede son las lágrimas cayendo por sus mejillas.


¿Y qué tiene que ver?, preguntó Luciana. Que, luego del sueño, despierto y veo que mi tejido está nuevamente por la mitad, así como está ahora y el hilo destejido permanece en el ovillo como si nunca lo hubiera usado.


Hubo un silencio que inundó la sala hasta que Sofía recordó que esa misma noche de sábado fue que empezaron estas grandes tormentas.

48

Entre sus manos, sostiene un borratintas, de esos amarillos que, de un lado, tienen tapita blanca y punta gruesa y bien redondeada, la parte que borra y, del otro lado, tapita azul y punta delgada, la parte que reescribe. Ese elemento aún es usado al igual que el papel secante y, lo que les da sentido a su existencia, es la escritura con plumas a las que uno debe comprarles los cartuchos. Las más comunes para los niños pequeños son las 303. Pero, volviendo al borratintas, el problema de estos elementos es que, con el tiempo, lo borrado reaparece levemente como escondiéndose detrás de la nueva escritura y el sector de la hoja en que fue aplicada la corrección se torna amarillento. El lado blanco, mamá lo carga con lavandina cuando la punta se seca. Al escribir con la parte azul, los bordes se expanden como las lucen a la vista de un ojo con astigmatismo.

Ella lo sostiene entre las manos y es suyo. Pero está prohibido su uso. Ella lo tiene en la mano porque se lo prestó a María de la Paz, que se sienta detrás de ella en diagonal a su banco, y recién se lo devuelve. Ella, realmente, acata la orden como lo hace con todas las que le dan. Pero es ella quien lo sostiene entre las manos.


Y la señorita Bety la ve. Y la señorita Bety le dice que eso está prohibido y ella quiere decirle que no lo usó, que sólo lo prestó. Pero es ella la que lo sostiene entre las manos y algo más: es ella quien introdujo el objeto prohibido en el aula, el objeto que condujo a la desobediencia, peor aun, en el colegio, ya que su uso está prohibido en toda la institución. Entonces, es ella la culpable. Por eso, tiene que pasar el resto de la clase de pie frente a sus compañeras. Mientras ellas siguen realizando sus tareas, ella, allí sola, permanece de plantón como castigo ejemplar. Porque ella lo sostiene entre las manos.

47

Desafío, pero al fútbol. Llegó el sábado y los hombres decidieron descansar. Dejaron los jazmines y se fueron a correr y reírse como chicos. Las mujeres fueron llegando con el mate para construir un mundo con palabras.

Una vez finalizado el juego, fueron presentados los jugadores invitados. Santiago se acercó a Libertad, que estaba de espaldas, y le dijo, te presento a Gabriel, el nuevo fotógrafo. ¿Así que sos fotógrafo?, preguntó mientras terminaba de guardar las cosas. No, sólo hago radiografías del interior de la gente. Pero hay que fotografiar pies, no almas, dijo socarronamente Libertad. Nadie dijo que lo profundo estuviera en el pecho, todavía no vi tus ojos y sé que los estás escondiendo. Libertad se dio vuelta para enfrentar el desafío y, al ver su mirada, se cubrió la cara con el dorso de sus manos porque la luz de los de él la encandilaba y sintió un sacudón cuando encendió su corazón, que él ya sostenía entre sus manos.