Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).

F(h) Consultora en PYMES y ONGs

martes, 29 de junio de 2010

¿Qué hacemos con el muerto?

Barataria era un país habitado por títeres. Como el lector sabrá, estos no poseen vida, sino que representan cuando alguien lo desea. Un día, en la capital de Barataria, decidieron trasladar al muñeco mayor. En su época, había sido el protagonista en todas las representaciones, pero lo sacaron de escena cuando su trajecito estuvo un tanto raído. Había sido famoso por su mueca con los labios, primero a izquierda y luego a derecha. Pero, como había sido importante, a cada tanto, los demás títeres tenían la costumbre de sacarlo a pasear dentro de su caja. Y era tan importante el muñeco que, aun sin una mano dentro y sin salir de su caja, hacía las mejores representaciones, era ovacionado y todos deseaban una foto con él, incluso, los que nunca lo habían visto representar.

Sin embargo, ese día del que hablamos, algo salió mal. La caravana iba hacia el teatrito, la música era alegre, todo era una fiesta... era lo que se dice un día titerezco. Las imágenes mostraban gente agolpada para la foto, peluquitas recién peinadas, trajecitos remendados y algunos que se abrazaban al pasar a la caja. De repente, la caravana se detuvo. Más allá, en el escenario, lo bello se tornó violento. Quienes daban vida a los muñecos deseaban ser los protagonistas de esa jornada y, por ello, la lucha entre compañías comenzó. Nadie sabe cómo ni de dónde salió el guión, pero lo cierto es que ambas conciliaron posiciones y la función de ese día se llamó La toma de la Pastilla. Los palos volaban, unos muñecos peleaban con otros y, mientras tanto, en la caravana, se preguntaban por qué la función era otra, por qué no los habían aguardado. Decidieron, entonces, esperar a que la función terminara y, en ese ínterin, algunos preguntaban "¿qué hacemos con el muñeco?". Hasta que la función terminó o eso creyeron, y la caravana llegó. Sin embargo, los que participaban de ella no habían tenido en cuenta que algunas obras tienen entreactos y que, en las farsas, hasta lo trágico puede tornarse cómico.

domingo, 20 de junio de 2010

Caminábamos al lado de unas vías de tren, había muchos árboles. Nos separaban de las vías esos alambrados en rombos y había partes agujereadas. Era una tarde oscura, más o menos eran las siete. En la vereda, había muchas bolsas negras de consorcio y ella abrió una. Estaba el cadáver de Gustavo, alguien lo había matado. A ella le gustaba su campera, se la sacó y tiró la bolsa a las vías. Le pregunté por qué hacía eso y me respondió que todas esas bolsas estaban ahí porque la gente que cometía asesinatos, para borrar las pruebas, las tiraba para que el tren terminara de triturar los cuerpos. Y seguimos caminando y le dije, bastante preocupada, que la campera tenía una mancha de sangre y que podían averiguar que ella había tirado la bolsa, aunque ella no lo hubiera matado. Y me decía que me calmara. Después, como en otra escena, me ayudaba a elegir ropa, no sé si para escapar.

viernes, 18 de junio de 2010

E agora José?

Es un día triste. Me enteré por Alejandro Fabbri, mientras comentaba el partido Alemania-Serbia (iba 1-0), que Saramago había muerto. Y me puse a llorar.

Muchas veces, me pregunto si está bien o mal llorar por un muerto que no es de uno, pero no importa ahora, sé que tengo lágrimas que me atragantan y que me puse a recordar.

Cuando estudio un idioma, trato de que ese idioma me enamore con la música o con la literatura. Si es con ambas, mejor. Con el portugués, me pasó eso. Una de las causas, fue este señor, con el que aprendí las palabras "peuga" y "chávena", de quien me encantaba el uso de pronombres como "dar-lho" o "dizer-lhe-ia".

Recordé la vez que fui con Valéria a verlo en una conferencia que dio en el Colón. Para que yo mueva el culo para buscar entradas, mucho me apasiona.

Recordé el 4 que me saqué en latín, muy consciente, por haber preferido leer un libro suyo. Encima de que me había copiado, la traducción había sido un delirio y la profesora me aprobó con 4 para que llegara al final. Tomaban las sustantivas incluídas con "ut". Hoy, creo que entiendo más latín que en ese entonces, aunque sé poco y nada. Toda la carrera hice lo mismo, busqué algún escritor que me apasionara porque para mí Letras era una pasión. Y el fue un gran compañero de carrera.

Recordé que fue él único que me hizo llorar con un libro y, encima, en el medio de un colectivo. Un gran bochorno para mí. Y no sólo con el Memorial do convento, también, me emocionó hasta el llanto el perro de las lágrimas y nunca le perdoné que lo matara en El ensayo sobre la lucidez, un libro que podría haberse evitado.

Porque soy de las que lo criticaron cuando escribía por cumplir contrato, porque creía que él ya había dicho todo lo que tenía para decir, pero no por eso, se tenía que morir.

Y me niego a leer un libro suyo en portugués con la nueva reforma ortográfica.

Y, ahora, vendrán las reediciones y el negocio con su muerte, por esa gente que considera que un libro es un precio y no un valor, que no saben lo que es abrazar u oler un ejemplar y, mucho menos, hacer un duelo cuando una gran historia nos deja una marca.

sábado, 5 de junio de 2010

Callao al 200 (frente a la sede del Partido Humanista)


A Juan Arano, Luis Cervera Novo, Ricardo Gómez y Carmen Román, desaparecidos el 20 de mayo de 1977.

Plaza del Congreso


En la placa, no puede leerse nada. Paradojas, se suele escribir en la piedra para que nada pueda borrarlo. Creo estar segura de que esto era lo que buscaba, un recordatorio a Jorge Cárdenas. Fue baleado el 19 de diciembre de 2001 y lo vimos caer por las escalinatas del Congreso en vivo. En teoría, murió ese día, aunque su deceso fue el 27 de junio de 2002 debido a complicaciones por esa bala.

Plaza del Congreso. Homenaje a José Luis Cabezas, periodista asesinado el 25 de enero de 1997

Congreso (Av. Belgrano casi esquina Solís). A Rubén Stockdale, desaparecido el 3 de septiembre de 1977

Plaza de Mayo. Aparición con vida de Julio López. Foto: Dulcinea Lopes


Aparición con vida de Julio López, desaparecido por segunda vez durante la democracia, luego de haber testificado en un juicio por crímenes de lesa humanidad.

Plaza San Martín. Caídos de Malvinas. Foto: Dulcinea Lopes

Plaza Lavalle, frente a los tribunales. A los mártires judiciales del terrorismo de Estado. Foto: Dulcinea Lopes

Plaza Lavalle, frente a los tribunales. A los abogados que fueron víctimas del terrorismo de Estado. Foto: Dulcinea Lopes

Al poeta García Lorca, desaparecido

Hotel Castelar. Al poeta García Lorca, desaparecido

Bar Iberia. A los caídos y exiliados de la República española

Plaza de los dos Congresos. A los desaparecidos de la Caja de Ahorro y Seguro