Tengo la nacionalidad argentina por derecho de nacimiento y la española por derecho de sangre.
Cada vez que alguien hace referencia a que los hijos de extranjeros
deben demostrar que son argentinos e incluso los hijos de los hijos, me
siento mal, profundamente mal. No tengo palabras para describir lo que
me pasa por el cuerpo, no tengo palabras para describir la sensación de
ser echada.
Bastante difícil es para el hijo de un inmigrante forjarse una identidad, amasarla, construirla,
identificarse con su alrededor luego de haber sido educado en un
cultura foránea, como para que venga alguien y te pateé ese castillo de
naipes en dos segundos.
Insultan años de mi vida, insultan 33 años de vida y tantos otros años de trabajo de mis padres en este país.
Gracias. Y lean la Constitución "para todos los hombres del mundo que deseen habitar suelo argentino".
Gracias. Y lean la Constitución "para todos los hombres del mundo que deseen habitar suelo argentino".
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