Estuve charlando con ella y no es tan mala al parecer. Dice que no es cierto que nos aceche expectante para dar el zarpazo, no. Dice que es como una madre.
Pude comprenderla. Al parecer, ella no es la hija de puta, sino que lo soy yo. Puso las cartas sobre la mesa y me recordó la situación en que el rey Salomón quiso dividir al niño para que cada madre quedara satisfecha con su parte y me dijo "es eso lo que estamos aceptando".
Y no quiero, no quiero esta parte de Cuqui solamente, pero comprendo que ya nunca estará por completo.
Me prometió acunarla y dormirla para hacerla descansar, del mismo modo en que yo lo hago cada noche.
Así que, cuando sea irremediable, la dejaré ir. Salomón, yo rechazo mi parte, si es que eso la hace sufrir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario