Para vos, que te tomás el tiempo en dejar comentarios. Todo dice algo acerca de nosotros, manejar un Falcon verde también. Leer artículos que no te interesan y detenerte a dejar un comentario ANÓNIMO, también, habla de vos. Todo lo que hacemos habla de nosotros.
Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).
F(h) Consultora en PYMES y ONGs
viernes, 29 de agosto de 2014
domingo, 24 de agosto de 2014
Esta mañana, estaba preparando un trabajo práctico para mis alumnos de cuarto año, así que me puse a buscar información sobre el caso María Soledad Morales.
Y recordé cosas. Recordé que yo era muy chica, tendría 12 o 13 años cuando mi mamá nos llevó al cine a ver la película sobre ese caso. Era prohibida para menores de 16 y el de la boletería se lo dijo. Mi mamá no lo dudó, dijo que ella nos permitía verla.
Luego, se fue a una de las marchas del silencio que se hacían en Buenos Aires. Fue con mi hermano. Ella dice que fuimos todos, yo no lo recuerdo, puede ser.
La cuestión es que ese día, mi mamá, una persona que nunca se pronunciaba en forma explícita sobre política (ahora sí lo hace), decidió hacer militancia. Decidió que había que apoyar a los padres de esa chica, de esa chica abusada por el poder de Catamarca. Decidió hacerlo por esa nena y por sus hijas, supongo, porque desde la época de lo de Jimena Hernández, eran cosas que la ponían muy mal. Y supongo que lo hacía, también, por nostras porque, una vez vimos a Guillermo Luque salir de un edificio cuando veníamos del trabajo de ella, y mi hermana lo dijo a voz en cuello como lo hace siempre y mi mamá nos apretó bien fuerte las manos.
Esa es mi mamá. La persona que no anda diciendo a los gritos que es esto o aquello, la persona que me educó con gestos, con actos, por instinto, pero que nunca predicó con la palabra más allá de lo que podía hacer con actos.
sábado, 23 de agosto de 2014
Quisiera
saber cuánta guita movió y cuál es el negocio detrás de las
capacitaciones docentes obligatorias por la NES. Fui a un encuentro de 3
y solo mandé una tarea. Como me parecía un insulto que me dieran lo
mismo que en 2005 y de que estuviera dirigido por el inoperante de
Bombini, que lo primero que hizo fue vendernos una licenciatura a
distancia de la UNSAM, decidí pedirle a la profesora que me
diera de baja. Pensé que así lo había hecho porque no me llegaban mails
de compañeros que participaran en el foro. Hasta que dos semanas
después, recibí algunos mails y vi que seguía en carrera. Esto indica una muy baja participación de los alumnnos en ese espacio.
Se suponía que iban a "castigar" al que no lo hiciera. Luego, que enviarían certificados a todos por la participación, pero de aprobado solo a los aprobados. Como es lógico.
Intuyo que muy poca gente lo hizo. Hoy, recibí en mi correo el certificado, de cursada, suponía yo.
No. En una actitud muy Bombini, que me aprobó prácticas docentes sin que la docente fuera a verme, dice que estoy APROBADA. ¡¡¡Aprobada!!!
Esto se paga con la guita de todos los porteños. Estoy llena de bronca.
Me parece vergonzoso.
Se suponía que iban a "castigar" al que no lo hiciera. Luego, que enviarían certificados a todos por la participación, pero de aprobado solo a los aprobados. Como es lógico.
Intuyo que muy poca gente lo hizo. Hoy, recibí en mi correo el certificado, de cursada, suponía yo.
No. En una actitud muy Bombini, que me aprobó prácticas docentes sin que la docente fuera a verme, dice que estoy APROBADA. ¡¡¡Aprobada!!!
Esto se paga con la guita de todos los porteños. Estoy llena de bronca.
Me parece vergonzoso.
domingo, 17 de agosto de 2014
Sobre metáforas y confusiones infantiles
Que los niños son muy literales es algo que se sabe, aunque muchas veces les hablemos con rodeos. De niña, además de mi propia literalidad infantil, yo contaba con la literalidad genética que me proporcionó mi padre, a quien le hablabas de Mijares y preguntaba quién era tu jares.
Obviamente que, en esa situación, si a mí me decían que la Virgen María había quedado embarazada porque el ángel se lo había anunciado, no me generaba ninguna duda ni contradicción, jamás me hubiera preguntado qué pintaba ahí José. Yo me lo creía y punto. La conclusión era que todas las mujeres quedaban embarazadas del mismo modo.
Con San Martín, de quien hoy es el día, me pasaba algo similar. Él es el padre de la patria. Para mí, era literal. Mi problema venía con que la madre patria era España por lo que mi literalidad, muchas veces, se enfrentaba al dilema de cómo un lugar y una persona pueden tener un hijo. Eso sí que no me cuadraba y menos me cuadraba que San Martín hubiera liberado a su hijo de su propia madre porque una familia es siempre como la familia de Jesús, unida y feliz, ¿no?
Es obvio que, de haberme agarrado un psicólogo, se hubiera encontrado con algunos problemitas. Sobre todo, llegando al momento en que Mariana se preguntaba qué pintaba Colón en todo esto. Porque, a decir verdad, según la información con la que yo contaba en ese momento, él nos había descubierto con lo cual él debería haber sido el padre si aceptábamos a España como la madre. Pero ahí venía San Martín.
Ni hablemos de la semillita en la panza de la mamá y que yo pensaba cómo se transformaba una planta en niño, o de la cigüeña y cómo era que podía yo ser argentina habiendo venido de París.
Es decir, había una confusión tremenda en mi cabecita. Lo que demuestra que a los chicos hay que explicarles las cosas claramente porque, en primer lugar, no son tontos y, en segundo, porque si entienden todo de forma tan literal como lo entendía yo, les quedarían más claras las cosas desde un comienzo.
Y a mí también, si no son directos, no entiendo. Soy la muerte misma de la metáfora.
miércoles, 6 de agosto de 2014
De pérdidas y reencuentros
Hoy
fue un gran día. Extraño. Estuvimos dos horas esperando a que llamen a
mi mamá para operarla del ojo que le faltaba y nos fuimos a comer mi
hermno y yo. En cierto momento, fui al baño y, al salir, miré la
pantalla de C5N y vi que el nieto de Estela había vuelto a la vida.
Quise gritar, quise llorar, quise aplaudir. A nadie a mi alrededor
parecía interesarle y mi estúpida forma de ser me impidió
hacer todas esas demostraciones que hubiera querido hacer. Así que me
acerqué a mi hermano y le dije "¡apareció el nieto de Estela!" y
automáticamente les mandé mensajes a Noelia y a Dulcinea porque supe que la noticia las iba a alegrar.
Volvimos a la clínica y nos dijeron que mi mamá no había ingresado, que podíamos verla. Así que entre su dope le agarré la mano fuerte y le dije "apareció el nieto de Estela" y me dijo, medio confusa, "¿qué Estela?", "el de Carloto". Y se sonrió y me dijo que se lo merecía.
Salimos a hacer unas compras mientras la operaban y vi en una pantalla gigante en una esquina la noticia de Estela.
Todo fue largo y agotador.
Al llegar a casa, me di cuenta de que había perdido el teléfono porque lo perdí, no me lo robaron. Llamé al aparato varias veces hasta que lo apagaron directamente. Me dio bronca, por mí y porque hay gente que no devuelve. Pero me tranquilicé al pensar que eso es algo material, que una cosa no vale la pena, que rabia o dolor me causaría perder a mi perro que es lo que más amo. Ese teléfono hoy cumplió su último y mejor cometido, alegrar a Dulcinea y a Noelia, dar la mejor noticia, la que siempre quise escuchar, la que esperaba que fuera antes de que Estela falleciera. De algún modo, ella es un poco nuestra abuela.
"Perder" es una palara que deberíamos usar solo para lo que es una pérdida. Debería existir en el diccionario una que se refiera a los objetos y otra a las cosas de verdad.
Volvimos a la clínica y nos dijeron que mi mamá no había ingresado, que podíamos verla. Así que entre su dope le agarré la mano fuerte y le dije "apareció el nieto de Estela" y me dijo, medio confusa, "¿qué Estela?", "el de Carloto". Y se sonrió y me dijo que se lo merecía.
Salimos a hacer unas compras mientras la operaban y vi en una pantalla gigante en una esquina la noticia de Estela.
Todo fue largo y agotador.
Al llegar a casa, me di cuenta de que había perdido el teléfono porque lo perdí, no me lo robaron. Llamé al aparato varias veces hasta que lo apagaron directamente. Me dio bronca, por mí y porque hay gente que no devuelve. Pero me tranquilicé al pensar que eso es algo material, que una cosa no vale la pena, que rabia o dolor me causaría perder a mi perro que es lo que más amo. Ese teléfono hoy cumplió su último y mejor cometido, alegrar a Dulcinea y a Noelia, dar la mejor noticia, la que siempre quise escuchar, la que esperaba que fuera antes de que Estela falleciera. De algún modo, ella es un poco nuestra abuela.
"Perder" es una palara que deberíamos usar solo para lo que es una pérdida. Debería existir en el diccionario una que se refiera a los objetos y otra a las cosas de verdad.
sábado, 2 de agosto de 2014
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