Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).

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domingo, 17 de agosto de 2014

Sobre metáforas y confusiones infantiles

Que los niños son muy literales es algo que se sabe, aunque muchas veces les hablemos con rodeos. De niña, además de mi propia literalidad infantil, yo contaba con la literalidad genética que me proporcionó mi padre, a quien le hablabas de Mijares y preguntaba quién era tu jares.

Obviamente que, en esa situación, si a mí me decían que la Virgen María había quedado embarazada porque el ángel se lo había anunciado, no me generaba ninguna duda ni contradicción, jamás me hubiera preguntado qué pintaba ahí José. Yo me lo creía y punto. La conclusión era que todas las mujeres quedaban embarazadas del mismo modo.

Con San Martín, de quien hoy es el día, me pasaba algo similar. Él es el padre de la patria. Para mí, era literal. Mi problema venía con que la madre patria era España por lo que mi literalidad, muchas veces, se enfrentaba al dilema de cómo un lugar y una persona pueden tener un hijo. Eso sí que no me cuadraba y menos me cuadraba que San Martín hubiera liberado a su hijo de su propia madre porque una familia es siempre como la familia de Jesús, unida y feliz, ¿no?

Es obvio que, de haberme agarrado un psicólogo, se hubiera encontrado con algunos problemitas. Sobre todo, llegando al momento en que Mariana se preguntaba qué pintaba Colón en todo esto. Porque, a decir verdad, según la información con la que yo contaba en ese momento, él nos había descubierto con lo cual él debería haber sido el padre si aceptábamos a España como la madre. Pero ahí venía San Martín.

Ni hablemos de la semillita en la panza de la mamá y que yo pensaba cómo se transformaba una planta en niño, o de la cigüeña y cómo era que podía yo ser argentina habiendo venido de París.

Es decir, había una confusión tremenda en mi cabecita. Lo que demuestra que a los chicos hay que explicarles las cosas claramente porque, en primer lugar, no son tontos y, en segundo, porque si entienden todo de forma tan literal como lo entendía yo, les quedarían más claras las cosas desde un comienzo.

Y a mí también, si no son directos, no entiendo. Soy la muerte misma de la metáfora.

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