Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).

F(h) Consultora en PYMES y ONGs

viernes, 6 de noviembre de 2009

La hermana más amada, la libertad

Hay palabras que no son sinónimas, aunque nosotros encontremos vínculos estrechos entre ellas.

Me estaba preguntando qué es el amor, qué es querer a alguien y supongo que, aunque sea el amor algo establecido culturalmente, para cada uno, puede significar algo diferente. Soy una persona que suele regirse por ciertos principios o máximas, una especie de reglas de vida que me pongo a mí misma. Una es no hacerle a otro algo que no quiero que me hagan y, otra, que si quiero a alguien, debo aceptarlo como es. Pienso esto porque soy de los que creen que las personas no son descartables y si me planteo que X es mi amigo quiero que lo sea siempre, aunque haya cosas que me enfermen. Es cierto, también, y muchos no lo pueden entender, que las diferencias son la sal de la vida, si no, no habría posibilidad de empezar de nuevo.

Pensando estas cosas siempre llego a la conclusión de que lo que más me importa es que sepan dejarme libre, que no es lo mismo que sola. No me gusta la gente pegote y, por eso, muchas veces, soy huidiza, hay cosas que me aterran (que me controlen, por ejemplo). También, es cierto que, cuando nos vamos, es porque siempre hay alguien que puede esperarnos y porque están buenos los reencuentros. Lo malo es huir porque no es verdad que soldado que huye sirve para otra batalla, muy por el contrario, suele perderse toda una guerra.

Eso es lo que no me gusta que me hagan, entonces, no me gusta hacerlo. No me gusta cortarle las alas a nadie porque aprendí que, cuando una persona se siente limitada no es feliz y, si no es feliz, no puede hacer feliz a nadie. Tengo la costumbre de intentar (reconozco que uno no siempre puede hacer las cosas en las que cree firmemente) no pedir lo que no me puede ser dado y de aceptar lo que sí. Esto no quiere decir que, muchas veces, me ponga triste porque hubiera querido otra cosa.

Tal vez, esto haya terminado siendo una reflexión pseudo utilísima (las mujeres utilísima me sacan de quicio) y no era mi intención, pero es que no puedo escapar siempre a tener pensamientos femeninos, aunque lo evite intensamente.

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