A veces, me detengo a pensar por qué no tengo hijos, además de no tener con quién. Y creo que algunas personas estamos imposibilitadas para ello porque sentimos que el mundo es hijo nuestro, los seres que amamos, mayores y menores, y también los que la vida va convocando a nuestro alrededor.
La muerte de Mariano Ferreyra me dio un golpe en la cabeza. Antes, este tipo de cosas no me afectaban tanto, pero ver una transmisión en vivo y en directo de una muerte, aunque se haya convertido en habitual, no debería serlo. Fue lo primero que vi y casi diría que lo último. Sentí que el noticiero me faltaba al respeto, cosa que hace siempre últimamente (se la pasan tomándome por idiota), pero más me dolió pensar qué sentiría la madre (no solo la familia) de ver eso. Porque supongo que una madre quiere recordar el nacimiento de su hijo, los cumpleaños, todo aquello que le significa la vida. Imagino que quienes tienen un hijo enfermo no podrán evitar el proceso de verlos morir, pero aquello que es evitable debería ser evitado. Como, por ejemplo, decir que la madre está en estado de shock, cuando escuché eso decidí no ver más sobre el tema. Los periodistas deberían comprender, en algún momento, que el silencio es tan importante en la comunicación como en la música. Cuando no hay nada para decir, no debe ser dicho nada.
La muerte de Mariano Ferreyra me dio un golpe en la cabeza. Antes, este tipo de cosas no me afectaban tanto, pero ver una transmisión en vivo y en directo de una muerte, aunque se haya convertido en habitual, no debería serlo. Fue lo primero que vi y casi diría que lo último. Sentí que el noticiero me faltaba al respeto, cosa que hace siempre últimamente (se la pasan tomándome por idiota), pero más me dolió pensar qué sentiría la madre (no solo la familia) de ver eso. Porque supongo que una madre quiere recordar el nacimiento de su hijo, los cumpleaños, todo aquello que le significa la vida. Imagino que quienes tienen un hijo enfermo no podrán evitar el proceso de verlos morir, pero aquello que es evitable debería ser evitado. Como, por ejemplo, decir que la madre está en estado de shock, cuando escuché eso decidí no ver más sobre el tema. Los periodistas deberían comprender, en algún momento, que el silencio es tan importante en la comunicación como en la música. Cuando no hay nada para decir, no debe ser dicho nada.
Y así estoy desde ayer, sin querer decir nada. Aunque haya estudiado Letras, a veces, siento que ningún lenguaje en este mundo me es suficiente para decir lo que siento y, tal vez, mi afición de aprender lenguas tenga que ver con la búsqueda de decir cosas que jamás podré. Silencio. Silencio. ¿Por qué ese miedo a no oír nada? Señores periodistas, silencio.
Haber transmitido esa muerte fue faltarle al respeto a esa persona que se estaba muriendo, acto íntimo si los hay, solo el día que morimos imagino que sabemos las cosas que suceden por nuestra cabeza. Como dicen siempre en Lost: "Vivir juntos, morir solos". Y es que sí, la vida podemos compartirla, acompañarnos (aunque mi amiga Valéria diga que estamos siempre solitos en la vida), festejarnos, abrazarnos, pelearnos, disfrutarnos, pero nadie va a morir con nosotros. No puedo decir la muerte, la mía, porque no la conozco y, cuando la conozca, tampoco podré hacerlo.
Por experiencia sé que ver a alguien en el abandono, en el proceso de muerte, o en el proceso de su búsqueda es triste, doloroso, complicado y nadie puede llegar a una persona en ese estado. Lo que más duele es estar por fuera, no poder hacerse carne con esa persona amada para compartir sus sufrimientos, para que se muera una parte de cada uno y no por completo la otra persona.
No puedo agregar mucho más, estoy sin palabras, quisiera no tenerlas, no puedo ni pensarlas y el mundo me convoca a no callar en este día arduo por delante y quisiera no estar para no verme obligada a ser cortés, a ser amable, a responder que estoy bien.
Si sirve para ponerme más triste o si sirve dedicarlo a la memoria de este chiquito, acá va un video de Luz Casal "Negra sombra".
Haber transmitido esa muerte fue faltarle al respeto a esa persona que se estaba muriendo, acto íntimo si los hay, solo el día que morimos imagino que sabemos las cosas que suceden por nuestra cabeza. Como dicen siempre en Lost: "Vivir juntos, morir solos". Y es que sí, la vida podemos compartirla, acompañarnos (aunque mi amiga Valéria diga que estamos siempre solitos en la vida), festejarnos, abrazarnos, pelearnos, disfrutarnos, pero nadie va a morir con nosotros. No puedo decir la muerte, la mía, porque no la conozco y, cuando la conozca, tampoco podré hacerlo.
Por experiencia sé que ver a alguien en el abandono, en el proceso de muerte, o en el proceso de su búsqueda es triste, doloroso, complicado y nadie puede llegar a una persona en ese estado. Lo que más duele es estar por fuera, no poder hacerse carne con esa persona amada para compartir sus sufrimientos, para que se muera una parte de cada uno y no por completo la otra persona.
No puedo agregar mucho más, estoy sin palabras, quisiera no tenerlas, no puedo ni pensarlas y el mundo me convoca a no callar en este día arduo por delante y quisiera no estar para no verme obligada a ser cortés, a ser amable, a responder que estoy bien.
Si sirve para ponerme más triste o si sirve dedicarlo a la memoria de este chiquito, acá va un video de Luz Casal "Negra sombra".
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