Hoy, les cuento un poquito el lado B (qué mayor estoy) de la entrada de ayer sobre el concierto. La verdad, es que el romanticismo, como todo en la vida, tiene su parte de chasco... o será que yo tengo la tendencia a lo tragicómico, a la risa que corta el llanto, a meter la pata.
Ayer, estaba ansiosa por conocer a Inés, entonces, en un momento dado, la verdad, me cagué en la parejita de al lado. Había un montón de butacas vacías sobre la derecha y yo quería ganar terreno para acercarme a ella. Entonces, en una de esas veces que Ismael se fue del escenario, quise aprovechar para pasar. Y estos dos flacos seguían chapando, era para hacer una peli llamada El chape sin fin. Lo cierto es que (ya se me pegó esta frase del señor Serrano), decía, lo cierto es que yo quería pasar y estos dos pibes no le aflojaban a la lengua y quise hacerlo disimuladamente. Soy bastante flaca, pero debo reconocer que tengo un culo hispánico, que no heredé de papá sino de la asturiana madre. Y mi culo hispánico se llevó puesta a la chica y casi provoco que el chico se la coma o que ella le baje los dientes.
Pensé en pedir perdón, pero siguieron con el chape. Seguro que si todo sale como ellos esperan, en este preciso momento, no se acuerdan de esa situación. Pero si todo se va por agua abajo, en un futuro, entre todas las cosas de las que ella se quejará estarán la canción "Vértigo", con la que puteará al infinito cada vez que la oiga, y el culo de Mariana.
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