Ya he hablado otras veces sobre la identidad que otorga la lengua. No sólo el hecho de cuál hablamos, sino también la variedad dialectal que usemos.
La hipótesis que tengo hace bastante tiempo es que, en el Río de la Plata (al menos, en Buenos Aires), somos muy barrocos al hablar. En esa época (¿puedo pensarlo como época o debería pensarlo como estilo? eso es algo sobre lo que se debate), el exceso era la marca, sólo basta ver una iglesia barroca para entender lo que sucederá con la palabra.
En América, hablamos el castellano de un modo diferente a España porque nuestra lengua evolucionó a partir del momento en que la Corona de Castilla (España todavía no existía) llegó a estas tierras. Es por este motivo que hablamos con el sonido de "s" sin distinguirlo de "z/c" como en España; ya que, por aquel entonces, era la forma en que se hablaba en la península.
Algo similar ocurre con el voseo. Si vemos El lazarillo de Tormes, percibiremos que ese personaje lo usa y es que, en aquel momento, era una forma para dirigirse a las personas de rango inferior o la forma en que se hablaban entre sí las personas de menor escalafón. Tratar de "vos" a un caballero era un insulto. En toda América, se combatió su uso por ese motivo, por ser de baja calaña y, desde el colegio, se enseñó a utilizar el "tú" como adecuado. Sólo la Argentina, en la década del 80, lo admitió como norma y, por eso, es reconocido como rasgo identitario nuestro. Sin embargo, existe el uso en otros luagres: en Chile, en Uruguay, en Paraguay, en zonas de Bolivia, en zonas de Colombia (como Medellín), en Chiapas (México) y en Guatemala se vosea (puede variar la forma verbal), pero no es la norma. Por esta razón, cuando Juanes o Arjona vienen a este país, hablan de "vos" en forma natural. Ellos, en realidad, adaptan su forma de hablar para el resto del mundo hispanoparlante.
Bueno, por lo que llamo a nuestra forma de hablar barroca es por el uso del concepto. Podemos decir, en algún punto, que son las figuras retóricas. La idea es decir con una frase o palabras muchas cosas, que estalle la palabra en miles de significados, esa es su importancia barroca. Además del concepto, el uso constante de la ironía para hablar de todo, incluso o especialmente, cuando hablamos de temas serios. Para nosotros, la ironía es una forma de argumentar (a veces, no sé si nuestra ironía es barroca o vino en un barquito con los gallegos que llegaron aquí). También, el uso del lenguaje carcelario o delictivo como el lunfardo, puesto que ya Quevedo usaba el vocabulario de germanía (hermandades de delincuentes).
Algunos procedimientos conceptuales son:
Comparación: "firme como rulo de estatua", "al pedo como bocina de avión", "estar más perdido que perro en cancha de bochas".
Alegoría: esta figura parte de la comparación de dos elementos y se desarrolla a partir de desgranar cada uno de ellos y relacionar cada mínima parte entre sí. El mejor ejemplo actual que encontré es "Tiburón" de Rubén Blades, en que podemos entender la alegoría si sabemos que el tiburón representa a EUA. En el habla cotidiana, no la utilizamos, pero qué grande Charly con su "Canción de Alicia en el país".
Adivinanza: somos grandes contadores de colmos. ¿Cuál es el colmo de...? (no me acordé ninguno).
Metáfora: "barrilete cósmico", "lavate la boca con lavandina" (supone que nuestras palabras son sucias e infectan), "guitarrear" (cuando escribimos cualquier cosa por llenar un examen, no estamos literalmente tocando la guitarra, sino inventando cual payador), "vender buzones", etc.
Otra cuestión importante, es la llamada agudeza verbal. En esto, sí que somos expertos.
Algunas de las que utilizamos son (no son las únicas que existen):
Juego de palabras: "no es lo mismo una salchicha a baño María que a María le metan la salchicha en el baño".
Calambur: es cuando al juntar letras de distintas palabras podemos dar otro sentido. Por ejemplo, el título de la obra de Les Luthiers "Todo porque rías" donde podemos leer "Todo porquerías". Un chiste viejo "En la parada del colectivo, una persona le pregunta a otra ¿hace mucho que espera?, el otro responde, no, yo siempre fui manzana" (es pera). También, por qué no, los nombres "Armando Esteban Quito", "Elba Gallo", "Zoila Vaca de Fernández" y otros.
Dilogía: es el llamado doble sentido y eso es lo que nos sobra. Una palabra puede disparar miles de significados y, es por este motivo, que, cuando hablamos cotidianamente, nos reímos frente al uso del pronombre objeto directo. Una frase como "Me la comí toda", aunque sea en un contexto claro, siempre llevará una risita y alguna acotación como "¿en serio?, ¡qué confesión!". Esto mismo sucede con palabras como "gato", por ejemplo, que tienen más de un sentido y que, usadas en un contexto, pueden disparar chistes de todo tipo. Otros ejemplos: "¿qué le dice un jardinero a otro?, disfrutemos mientras podamos", "capitán, capitán veo unas carabelas, ¿una flota?, todas flotan", "el único éxito que tuve en mi vida fue un cuaderno".
Por eso, considero que hablamos barrocamente, que siempre nos excede la palabra.
Olá Mariana, mais um texto maravilhoso. E você gosta de vacalhau e binho? Calma, eu explico.
ResponderEliminarEntre outras coisas, você mostra como o castelhano do Prata evoluiu a partir de um modo de falar que os ibéricos tinham nos tempos de colônia. E que isso faz com que até hoje vocês não tenham uma diferenciação para o C e o Z.
No Brasil aconteceram coisas muito semelhantes. O português falado no Brasil é muito mais "interessante" do que aquele falado hoje nas terras lusas. E a lingua falada no Brasil também evoluiu a partir da oralidade que os portugueses tinham na época do descobrimento.
Entre outras coisas, o falar luso difere do brasileiro ao trocar a sonoridade do B e do V. Além dessa e de outras caracterísitcas, os lusos tem uma fonética mais "introjetada" do que a nossa, que é bem mais clara e expansiva.
Uma tese para explicar isso eu li em um livro de História. Depois do início da colonização do Brasil, Portugal teria passado por uma influência muito importante da cultura provençal, o que teria determinado as derivações que resultaram no modo como os portugueses falam até hoje.
À parte esse aspecto, apesar de o português do Brasil ter se desenvolvido a partir de uma forma mais antiga, ele passou por transformações mais aceleradas.
Não sei dizer se há no nosso caso o barroquismo que você definiu no linguajar do Prata, só sei que eu sou um admirador do modo como vocês falam.
Abraço.
Muchas gracias, una vez más, Ricardo. Del portugués de Brasil, sé que en algunas zonas pronuncian algunas cosas como los gallegos, por ejemplo, los bahianos diciendo "gente" (xente) y que tiene que ver con una época vieja en que el portugués y el gallego eran similares. También, enocntré en un libro de Guimaraes Rosa, palabras como "preguntar" y no "perguntar".
ResponderEliminarCreo, por la música que escucho de Brasil (Chico, Caetano, Antunes, etc.) que ustedes no son barrocos al hablar. De hecho, lo más lindo que tienen esas canciones es que dicen cosas hermosísimas con un lenguaje muy sencillo, pero, si las tradujéramos al castellano de acá, sonarían muy boludas, precisamente, por nuestro barroquismo. Incluso, me pasa cuando voy a Brasil de hablar en portugués con mi modo de pensar y, muchas veces, no entienden el chiste o la ironía. Además, la música de ustedes conserva algo que fue propio de la lengua portuguesa en alguna época y es ser una lengua excelente para la poesía y, siguiendo con los tiempos viejos, en los estereotipos de antaño, los portugueses eran representados como los románticos por excelencia, siempre cantando con una guitarra. Eso, creo, lo puedo trasladar a Caetano cuando canta "Sozinho" de Peninha.