Estoy muy agotada, tengo cansancio físico y mental acumulado. Hace un tiempo que no puedo terminar los libros que empiezo (antes, leía más o menos uno por semana). No puedo hacer siquiera la tarea. No puedo y espero no estar entrando en una onda.
Cuando me levanto, prendo la tele para ver un rato Arriba argentinos y, entre besitos de los buenos días que me irritan, digo "¡ah! esto va a decir la gente hoy". Desafortunadamente, los noticieros no imponen agenda, sino que nos dan opiniones masticaditas. El común de la gente repite, no piensa.
Tuve la sorpresa de ir encontrándome con gente de mi edad a la que no le gusta leer o no tiene la costumbre. Mi sorpresa fue porque esto lo vi en gente ligada a las artes. Percibo que leen sólo aquellas personas que cursan carreras universitarias en la que eso es altamente requerido (filosofía, letras, historia, etc.) y que lo hacen con verdadera pasión. Para el resto, pareciera ser una costumbre extraña. No sólo leer, sino tratar de cuidar un poco la escritura. Hoy, tener faltas de ortografía va unido a una reivindicación de eso como acto de rebeldía.
En una época, tenía la costumbre de leer en el colectivo. Tengo por costumbre hablar y comentar las cosas que leo. En realidad, es una costumbre que controlo bastante porque me fui encontrando con gente que me consideraba pedante cuando hablaba (gente, entiéndanlo, estudié letras, no química, no puedo hablar de átomos) y la pedantería es algo que realmente detesto. Entonces, me limito a hacer esas cosas con gente que se interesa en eso y dejé de poner ejemplos de situaciones de libros para cosas cotidianas. Entonces, hablo de Rial, no es que antes no lo hiciera. Nunca tuve prejuicios tontos. De hecho, reconocí en la facultad ver Rebelde Way y me miraron mal, y me dijeron que sólo ponían Canal a. Bueno, pero volviendo a Rial, parece que si lo veo paso a ser tonta y me rebajan por eso preguntándome si me instruyo viéndolo a él. Es decir, esa misma persona desprestigiaría a una ama de casa que sólo ve eso y no tiene otra información ni otros deseos que ver ese programa y, por lo tanto, descalificaría su palabra ante cualquier hecho. Sí, soy de las personas que creen que la vida se compone de cosas para pensar y analizar, profundas y bellas, y del entretenimiento. Todo en su justa medida vale la pena.
Pienso, entonces, que quienes me creen pedante tienen más pereza intelectual que yo y quienes me creen idiota, mucha soberbia.
Y, entre la gente que me cree pedante y la que me cree idiota, está mi comadre-amiga-compañera de facu, que habla conmigo de Camus, Cervantes, Góngora, Borges, Rial y sus vedetongas entre mate y mate.
No hay comentarios:
Publicar un comentario