Nunca sé cuál es la buena y cuál la mala, pero, ahora, no importa.
Hoy, tuve una mala noticia. En realidad, estos dos últimos meses son tremendos: enfermedades, muertes, etc., etc., etc. Todo en mi ámbito cercano, no es que hable de las cosas que expande la tele hasta que te estalla el cerebro.
Entonces, se me ocurrió pedir en orkut que me cuenten buenas noticias. Las hay. Es cierto, no es mi ámbito más cercano, pero, a veces, para poder seguir respirando, es necesario ir a buscar las buenas cosas, para no terminar creyendo que nada vale la pena.
Y es que la vida es así. Un circo mágico e incomprensible, que rueda y sigue andando, bello e interminable, inabarcable, triste y profundo en el dolor de la soledad.
No tengo muchas más palabras. Muchas veces, las palabras sobran o, lo que es peor, no alcanzan, no terminan de definir, no pueden dar respuesta. Y, a mí que soy profesora de Letras, que las palabras me falten, no me alcancen o me excedan puede resultarme terrible.
Hoy, le escribí una cartita a mi ahijada que mañana cumple dos años. Le regalo, en ella, la letra "Palabras para Julia" y le digo que los poetas están para ahorrarnos el trabajo de escribir cartas largas y engorrosas, para no intentar decir lo que ya está dicho y mejor. Como dice José Agustín Goytisolo en esa letra, alguien que supo lo que era el dolor, "La vida es bella ya verás / cómo a pesar de los pesares / tendrás amigos, tendrás amor / tendrás amigos".
Parece una tontería, pero es bueno saber que hay alguien, quien sea al lado.
Gracias a quienes me dieron buenas noticias hoy. Esto es para ustedes.
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