No me gusta que me digan "negra", "negrita", "negri", ni niguno de los derivados posibles. Tampoco que me digan "Marian". Pueden pronunciar mi nombre en el idioma que más les guste, menos en inglés. Pónganme un apodo y listo.
No me gusta que me pongan la mano en el hombro cuando me saludan, ni que me palmeen la espalda o la pierna, ni que me acaricien la espalda cuando me hablan.
No me gusta que, para pedirme un favor, en lugar de decirme "¿me hacés X favor?", me digan "ya que estás". ¿Ya que estoy qué, al pedo? Hacételo vos, infeliz.
No me gusta que las señoras mayores en la calle me digan "vos que tenés buena vista, ¿te fijarías X cosa?". No, señoras, no tengo buena vista, veo menos que ustedes y, si los lentes no existieran, bien podría ser considerada ciega. Pero, no, en lugar de eso, les hago el favor lo mejor que puedo.
No me gusta que la gente opine sobre mi "crueldad" en la calle si ven que mi perro va con bozal. Si lo hago, es porque hay miles de pelotudos que no saben que no hay que tocar perros ajenos y que el mío muerde si tiene miedo.
No me gusta que, si veo a Rial, soy una pelotuda y si leo el Quijote, pedante o aburrida. Si fuera hombre, nadie me tildaría de tonto por distraerme viendo fútbol y sería normal que yo leyera porque, lamentablemente, hay cosas que todavía son consideradas masculinas. Es más, si fuera hombre, sería un tipo interesante por hacerlo.
No me gusta que todo el mundo me diga "feliz día" el día del amigo porque no soy amiga de todo el mundo.
No me gusta que haya gente que siempre esté esperando que yo haga las cosas bien y que aguante estóicamente cualquier cosa.
No me gustan los cumplidos y, mucho menos, vivir dándome la cabeza con la pared por querer llamar las cosas por su nombre. Si al común le resulta bien vivir haciéndose el pelotudo y echarle la culpa a otro, no es mi problema. Estánquense ustedes en su propia mierda.
No me gusta que, si veo a Rial, soy una pelotuda y si leo el Quijote, pedante o aburrida. Si fuera hombre, nadie me tildaría de tonto por distraerme viendo fútbol y sería normal que yo leyera porque, lamentablemente, hay cosas que todavía son consideradas masculinas. Es más, si fuera hombre, sería un tipo interesante por hacerlo.
No me gusta que todo el mundo me diga "feliz día" el día del amigo porque no soy amiga de todo el mundo.
No me gusta que haya gente que siempre esté esperando que yo haga las cosas bien y que aguante estóicamente cualquier cosa.
No me gustan los cumplidos y, mucho menos, vivir dándome la cabeza con la pared por querer llamar las cosas por su nombre. Si al común le resulta bien vivir haciéndose el pelotudo y echarle la culpa a otro, no es mi problema. Estánquense ustedes en su propia mierda.
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