Esperando a que se mueva y no lo hace. Es el último día de colegio de este año y, tiempo después, recordará esta sensación de alivio porque ella no se mueve. Llegó a su casa feliz y, cuando fue a entrar en su cuarto, se quedó paralizada en la puerta porque ella, esa araña, está en la pared sobre la que se apoya el respaldo de su cama, la misma que tiene la ventana que da al patio. Están ambas estáticas: ella, en la puerta aún con el guardapolvo puesto y deseando sacárselo porque quiere liberarse del colegio por fin, de esta sensación de haber salido de un colegio pupilo (en verdad, ella sabe que lo fue alguna vez) para visitar a sus padres en el verano. Mientras ve a la araña y piensa eso, se da cuenta de que durmió todas las noches y pasó todos los fines de semana en esa casa y nunca en el colegio, que la sensación de opresión y de libertad tienen que ver con otra cosa.
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