Habían aprendido muchas cosas con todos los meses de trabajo. Las revistas seguían saliendo, las novias casándose y expandiéndose la felicidad. Algunos comenzaban a ver que esa gente podía y eso les daba miedo. Por eso, las voces negativas empezaban a oírse y muchos pedían la prohibición de sus actividades. Ellas no daban crédito de lo que oían. Las protestas que intentaban interrumpir casamientos habían comenzado con todo tipo de violencia. Ellas comenzaban a tener miedo y los hombres pensaban que había que organizarse.
Paciencia, dijo Gabriel, denles tiempo. Cuando la televisión agote el tema, van a pensar en otra cosa, ya les pasó algo similar alguna vez. Mientras esperamos, contemos estrellas.
La sequía nos va a ayudar, dijo Sofía, anuncian dos días más de tormenta y sequías por varios meses. La gente va a volver a protestar contra los gobernantes como la otra vez y se olvidarán de nuestra existencia. Pero nosotros no debemos hacerlo, tenemos que pensar en esos meses, en cómo nos vamos a arreglar, por las dudas.
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