Empiezo diciendo que la falta de ejercitación en la lectura hace que tengamos poca comprensión lectora. Es como si yo quisiera tener abdominales duros sin entrenamiento, imposible.
¿Por qué digo esto? Porque creo que hay mucha gente que no comprende mensajes simples y claros. Es cierto que la palabra escrita, muchas veces, puede ser entendida literal, aunque sea una broma si no conocemos al interlocutor. Una vez, me pasó que mi comadre sintió un sms mío violento al principio, pero después entendió de quién venía y se dio cuenta de que no lo era, sino que sólo era brutaldad en el modo de decir las cosas. Sí, soy una bestia.
Recuerdo una parte del Quijote en que se ponen a hablar de los matices que puede tener decir "hijo de puta". Mientras uno lo entendía como insulto, otro explicaba que podía ser un elogio. Es como cuando en Argentina decimos "qué hijo de puta, qué bien la hizo". En fin, en eso, se basaba la confusión. Y es que hay veces que con una palabra o frase queremos decir otra cosa y hay veces en que solo queremos decir lo que decimos.
El problema se presenta cuando algunos no tienen la capacidad (o la negación, o sea, a propósito) de entender una broma o un doble sentido como tal y lo toman textual, y ese "hijo de puta" lo toman como un insulto. Y, por otro lado, está el que sabe hacer gambetas con palabras y convierte palabras ajenas, que no tienen otro sentido más que el primario, en zig zags inexistentes. Reconozco en el primero una carencia, reconozco en el segundo un arte (aunque puedo ser peligroso si no es en broma).
Por mi parte, trato de no enredar madejas ajenas y sólo acostumbro a usar dobles sentidos cuando hablo en broma y nunca cuando expreso seriamente lo que pienso.
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