Mamá. Escucharon bien, soñé que iba a tener una nena una noche de luna llena, por eso, a Santiago se le ocurrió llamarla Luna. Todos quedaron boquiabiertos porque, mientras hablaba, el vientre y la sonrisa le iban creciendo. Qué lindo sueño, le dijo Libertad, nunca despiertes. Y Soledad no despertó.
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