Dice mi amigo Serrat "nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Esa frase me viene siempre a la cabeza cuando estoy frente a desenlaces con dejo de tristeza o frente a verdades tristes, lo cual es raro porque dice justamente lo contrario, pero, de cualquier manera, expresa mi tristeza frente a las verdades.
Mejor me explico. Creo que esa frase debería decir lo contrario: muchas veces es triste la verdad y es posible que tenga remedio. ¿Por qué? Ahí vamos. Algo que hoy es verdadero puede mañana no serlo (no voy a entrar ahora en diferenciar lo verdadero de lo verosímil), voy a lo concreto. Pongamos por caso que Fulano de Tal hoy es millonario y esa afirmación es verdadera, no es una verdad triste (al menos, no para él), pero si mañana quiebra puede dejar de ser una verdad afirmar que Fulano de Tal es millonario. Es decir que la verdad puede ser triste y tener remedio también. Una verdad que dijo mi amiga Tais es "las parejas se rompen". Bueno, a lo mejor, no en todos los casos. Pero pongamos el caso de que A y B están juntos hoy, la pareja mañana se rompe. Tal vez, para A sea una verdad alegre y para B triste y una gran felicidad para C por qué no.
Creo que la frase de Serrat se corresponde con los adolescentes que viven encontrados con el mundo, pero en un eterno choque. Cuando uno está por llegar a los 30 y con muchos golpes recibidos, se da cuenta de que nada más cierto que no hay mal que por bien no venga, uno aprende la paciencia, a ver tiempo ganado donde lo veía perdido y a poder ser feliz aunque sea por un instante.
De cualquier manera, esa frase no representaría lo que representa para mí si no fuera tal como es. No sería lo genial si no dijera lo contrario de lo que pienso, ni reflejaría mi tristeza ante verdades que lo son. Y me gusta así porque soy retorcida y, como dice mi amiga Noelia, yo voy con el método alemán, para qué hacerlo más fácil si más difícil también es posible.
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