Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).

F(h) Consultora en PYMES y ONGs

domingo, 16 de mayo de 2010

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Todo había quedado sólo en expectativas, Libertad estaba segura. Su hermana le había dicho que Ulises jamás llegaría, que lo más probable es que estuviera muerto. Cada vez se convencía más de que, cuando llegara la noche, se comenzaría a deshojar. Sin embargo, hizo de cuenta que no le importaba y siguió con las otras cosas que continuaban girando con el mundo. Afuera de su casa, la sequía continuaba y las temperaturas ascendían. Quince muertos en las dos últimas semanas. Libertad salió a hacer sus compras diarias y se encontró con los supermercados cerrados. El dueño de uno de los locales le informó que, como no tenían más agua, tenían miedo a que les destruyeran y robaran todo. Los canales de televisión acusaban a los dueños de quedarse con el agua para ellos, acusación que era totalmente incomprobable. Los noticieros pasaban las noticias en forma escrita porque todas las profesiones vinculadas con la comunicación oral habían sido suspendidas por decreto presidencial porque habían comprobado que no alcanzaba el agua para cuando se les secara la boca. Los diarios, por tanto, aumentaron sus ventas en forma considerable, las radios dejaron de funcionar y, como siempre, el parlamento no sesionó.

Mientras Libertad se dirigía a su casa, el milagro ocurrió, aunque en exceso. Comenzó a llover tan copiosamente que la ciudad se inundó. A pesar de eso, la gente salía feliz a la calle con baldes y ollas para llenarlos con agua. La gente salía a mojarse y abrió la boca bien grande para poder beber algunas gotas. Las risas y las canciones se oían por todos lados.

La mojadura hizo que Libertad comenzara a estornudar. Fue, en ese momento, que se acercó un joven y la cubrió con su campera de jean sin mediar palabra. La ayudó a cruzar la calle y, una vez del otro lado, le dijo que navegar é preciso, viver não é preciso. Ulises había llegado.

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