Ensonnacionesmarianas es un blog abierto a la reflexión propia y ajena sobre cualquier tema sobre el que deseemos pensar. El ensueño tiene que ver con la idea antigua del sueño como camino al conocimiento (por ejemplo, El primero sueño de Sor Juana).

F(h) Consultora en PYMES y ONGs

domingo, 16 de mayo de 2010

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Entre sus manos, sostiene un borratintas, de esos amarillos que, de un lado, tienen tapita blanca y punta gruesa y bien redondeada, la parte que borra y, del otro lado, tapita azul y punta delgada, la parte que reescribe. Ese elemento aún es usado al igual que el papel secante y, lo que les da sentido a su existencia, es la escritura con plumas a las que uno debe comprarles los cartuchos. Las más comunes para los niños pequeños son las 303. Pero, volviendo al borratintas, el problema de estos elementos es que, con el tiempo, lo borrado reaparece levemente como escondiéndose detrás de la nueva escritura y el sector de la hoja en que fue aplicada la corrección se torna amarillento. El lado blanco, mamá lo carga con lavandina cuando la punta se seca. Al escribir con la parte azul, los bordes se expanden como las lucen a la vista de un ojo con astigmatismo.

Ella lo sostiene entre las manos y es suyo. Pero está prohibido su uso. Ella lo tiene en la mano porque se lo prestó a María de la Paz, que se sienta detrás de ella en diagonal a su banco, y recién se lo devuelve. Ella, realmente, acata la orden como lo hace con todas las que le dan. Pero es ella quien lo sostiene entre las manos.


Y la señorita Bety la ve. Y la señorita Bety le dice que eso está prohibido y ella quiere decirle que no lo usó, que sólo lo prestó. Pero es ella la que lo sostiene entre las manos y algo más: es ella quien introdujo el objeto prohibido en el aula, el objeto que condujo a la desobediencia, peor aun, en el colegio, ya que su uso está prohibido en toda la institución. Entonces, es ella la culpable. Por eso, tiene que pasar el resto de la clase de pie frente a sus compañeras. Mientras ellas siguen realizando sus tareas, ella, allí sola, permanece de plantón como castigo ejemplar. Porque ella lo sostiene entre las manos.

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