Quiero creer que me llamo Mariana para que me digan Mariana. Pero no. Siempre falla.
A ver. Empiezo por el principio. Los familiares, Pety, Pitu, Pitusa, Cativa, Pulga, Enana, Negra, Pibita, Mari, Mariquita... los acepto. Mariquita y uno que no menciono porque suena mal no me gustan, pero acepto, me lo dicen mis padres. "Negra" no me gusta salvo que me lo diga mi mamá, en el mismo modo en que le digo "Negra" a mi perra.
Sin embargo, el problema comienza con los no familiares. Digamos que no trasladé nunca el Pety fuera de mi casa porque la gente que no me conoce no tiene por qué tener confianza conmigo. Sí, soy re ortiba, asquerosa, mal llevada... El tema es cuando tienen confianza y empiezan con el Marian y el negrita. No me gustan, los odio, los detesto... a los apodos, claro. Llegué a aceptar el Marian por parte de mis compadres. Eso sí que mi ahijada me llame Mariana me pone de culo, quiero que me diga madrina, tía o alguna de esas variantes confusas que usa ella como llamarme abu.
Otro problema es cuando voy a clases de idiomas. Marian, Marianinha y, hoy, me lo remataron con el horrendo Marianetta.
En fin, llegué a la conclusión de que el mejor apodo o apócope de mi nombre es Mar, el que usa Pao, la colombiana. Y, también, que tengo un nombre para que me llamen por él y si no les gusta con Che me alcanza. Gracias.
Agrego: GPS es el peor apodo que me pusieron en la vida.
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