Grandes tormentas se desatan. Se anuncian con un cielo que se ennegrece de golpe y se siente el olor en el aire. La gente sabe que esas son las señales y, por eso, abandonan las calles. Con esas tormentas, parece que el fin del mundo se avecina, pero, en verdad, bate pancada y son cinco minutos hasta que el sol vuelve a su lugar como si nada de eso hubiera pasado. Es el clima tropical. Debido a ese clima, bichos como mosquitos, cucarachas voladoras, arañas, cascarudos y demás alimañas se dan cita en ese sitio.
Por las noches, mientras papá y mamá trabajan, ella y Luciana ven el corro de mosquitos que se organiza entorno del tubo de luz que está en el techo que cubre la verada y que pertenece al negocio de sus padres.
Luego, miran hacia el suelo. Allí, comienzan a aparecer los cascarudos. Ellas, entonces, se suben al escalón y saltan sobre ellos. Las fascina ver, cómo al reventar, emanan una sustancia blancuzca de consistencia cremosa. Así, pasan la noche hasta que llega la hora de la cena.
Por las noches, mientras papá y mamá trabajan, ella y Luciana ven el corro de mosquitos que se organiza entorno del tubo de luz que está en el techo que cubre la verada y que pertenece al negocio de sus padres.
Luego, miran hacia el suelo. Allí, comienzan a aparecer los cascarudos. Ellas, entonces, se suben al escalón y saltan sobre ellos. Las fascina ver, cómo al reventar, emanan una sustancia blancuzca de consistencia cremosa. Así, pasan la noche hasta que llega la hora de la cena.
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